POCHO ROCH: MÚSICO, PADRE Y LEYENDA

Gonzalo "Pocho" Roch dejó una obra en gran parte inédita. Así lo aseguró su hija María Aurora, "Maloly", quien reveló que apenas se conoce el 25% de lo que compuso: "Solo el día que murió pudo dejar de crear".

Músico e investigador. 



En diálogo con Intermirarte, explicó que existe un disco grabado con "Waly" García que todavía no fue presentado. Fue lo último que hizo, pese a la insuficiencia cardíaca que le exigía interrumpir las grabaciones.

Contó que el proyecto podría darse a conocer cuando finalicen las refacciones del Teatro Vera. Y sostuvo que hay muchas composiciones aún no difundidas: "En la medida de mis posibilidades, lo vamos a ir haciendo. Si Dios nos da vida, espero que sí".

También señaló que, en su opinión, la obra de su padre no es temporal: "La música que él hizo en los 70, 80 y 90 sigue siendo moderna y tiene que descubrirse".


Introdujo cambios importantes en la música correntina. 


Afirmó que el disco "Palabras a Itatí", estrenado en el Teatro Vera en 1973/1974, marcó el inicio de una nueva etapa: "Le introdujo teclados electrónicos, sintetizador, vocoder… todos los sonidos nuevos que se podían meter, pero siempre con coherencia. Él decía que simulaba los órganos de las misiones jesuíticas".

Además, agregó: "Él quiso dejar para Corrientes una música que eleva espiritualmente a la gente. No solo retrata costumbres, oficios, sentimientos y la fe del correntino. También es pura melodía".

Resaltó que esa música produjo consuelo en muchas personas. Contó el caso de una mujer que, tras perder a su hija, cantaba canciones de su padre como terapia: "Sacó su guitarra y me cantó Ladrillero de mi pago".

Definió la música de Pocho como un reflejo de su alma y recordó que, hasta el último día de su vida, escuchó sus propias composiciones: "Le pusieron los auriculares con un grabadorcito, y el neurólogo mostraba cómo se elevaban los signos vitales al oír su obra".

Roch tuvo una extensa obra dedicada a la Virgen.

Sostuvo que el sufrimiento físico nunca le impidió continuar con su creación: "Vivió más de treinta años con dolor, pero era feliz haciendo música. Y acá en Corrientes era un mimado. No se quería mover de acá. A donde iba, era feliz".

Destacó que era un hombre humilde, empático y con una gran sensibilidad para captar lo que sentían los demás. Dijo que muchas veces lo homenajeaban de forma espontánea: "Pasaban silbando una canción por el frente de su casa". También en su labor como docente universitaria lo vivió: "Mis alumnos me cantaban canciones de él. No deja de ser un homenaje".

María Aurora también se refirió a los primeros años de su padre: "Él contaba que cuando era niño y corría por las calles de Itatí, su juego era dirigir una orquesta imaginaria".

1939 - 2017

Y cerró con una frase que, según dijo, repetía su padre: "Hay dos tipos de arte: el eterno y el temporal". El de Roch, desde luego, será siempre eterno.

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Hoy, 15 de abril, se cumple un nuevo aniversario de su nacimiento en Itatí, Corrientes. Abrazo al cielo, Pocho.

Intermirarte • por Karina Di-Benedetto, Alfredo Díaz Florentin